23 de febrero de 2011

Madrid-Lyon: Semiexorcismo, y Explosión del Ser Supremo

Fútbol - Actualidad

Fue un exorcismo incompleto. Benzema acabó a medias con el “ciclo infernal interminable' de Lyón delante de sus paisanos.

Amenazaba otro vía crucis la primera mitad, otro martirio de presión con los blancos sin agresividad ni su arma del contragolpe. No estaba para experimentos Mourinho en casa del verdugo blanco los últimos cursos europeos. El Lyón se acorazó atrás con dos líneas muy juntas y mordió. Robar y salir. Sacó su equipo más serio, sin Marcelo en el lateral y con Adebayor en punta. Pero para serio y táctico el equipo francés de Puel. Guerra por cada centímetro en la trinchera de Gerland. Blindaje de músculo y coraza gruesa. Presión, faltas tácticas para eliminar el contragolpe, y al mínimo robo, a salir como locos a la contra. Eso sí, le faltan cañones de mucho más calibre en punta. Gomis falló todas, menos una…


Bastos y Cissokho, doblándose continuamente, le dieron trabajo a Ramos por su costado, que pasó varias fatigas. Reveillere repartía estopa y se pegó a la matrícula de Cristiano hasta que le expulsó hacia el centro. ¿Otro martirio en Lyón como de costumbre? Dos disparos a puerta del equipo con más gatillo de la Champions en 45 minutos aburridos. Özil fue maltratado por la pinza francesa y CR7 no acababa de enchufarse. Di María se pegó una paliza apagando fuegos, tanto como Xabi Alonso y Khedira. Eran los blancos quienes reculaban.

Le costó al Madrid no solo divisar al portero francés sino hilvanar juego. Mandar, en definitiva. Se descosió para sacar el balón con los franceses crecidos en su despliegue, cada vez con su línea de presión más arriba. Sólo asustó a la media hora con un libre directo a de CR7 de más de 30 metros que botó delante del portero Lloris. Contestaron rápidamente los franceses en una contra mortal con Di María corriendo para defender. Hacia atrás como un loco, acabó tapando de central. Casillas, de manos blandas en su estirada, dejó un balón muerto ideal que Gomis sigue maldiciendo a estas horas.

La segunda parte fue otra cosa, arrancó con dos palos seguidos del Madrid. Un misil escorado “made by Cristiano”, y Ramos al larguero de cabeza en un córner. Hasta esas jugadas a balón parado, los franceses no habían sufrido ninguna ameneza real. Siguieron replegándose, pero la energía decreció en la presión y el Madrid se les echó encima. Mou metió a Benzema por Adebayor, desgastado, y encontró el gol a la primera en una jugada extrañísima. Avance a trompicones y quiebro hermoso de Özil, Cristiano la toca virtuoso de primeras a Benzema, que se recorre media área y la mete de a la remanguillé por entre las piernas del portero cayéndose ambos. El más difícil todavía.


Y la liberación del Ser Supremo (ver foto). Florentino estalla en una mezcla entre euforia y alivio. Nunca vista en él, en público, esta década. Por acercarse por fin a cuartos (y romper una maldición) o por qué veía triunfar a “su niño”, su única apuesta real de esta nueva etapa. Quizás junto con Özil…

Introdujo Puel a un segundo delantero, Pied, y a un mediocampista más ofensivo, Pjanic (para mi y para Nico mejor jugador que Gourcuff, uno de los “sobrevalorados del fútbol”, y qué tanto daño le hizo a los blancos la pasada temporada). Vende muy caro su pellejo el OL, que encontró el gol en una jugada de carambola a balón parado que premió su lucha. El hombro,de Revilleire tocó un balón aéreo de falta que dejó en boca de gol a Gomis, habilitado por el despiste de Ramos –uno más- en tirar el fuera de juego. Esta vez no falló a quemarropa ese medio rebote. Arreón final y el Madrid pidiendo la hora. Queda rematar el trabajo para la vuelta al gurú Mou, que esta vez tuvo a su 'gato' Benzema como exorcista.

Fuente: ElMundo.es
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