25 de abril de 2012

Barcelona-Chelsea: Muerte, con estilo, sin renuncias ... pero muerte

3 comentarios
Fútbol - Opinión
Fútbol - Actualidad

¿Morir siendo fiel a tus ideas es admirable? ¿Es un insulto al instinto de supervivencia?
Antes que nada, me adelanto: escribo esto desde un edificio… en Madrid, sí…, pero rodeado de ventanas por todos lados, en un quinto piso, y sin bisontes dibujados en las paredes, lo más lejano a una caverna que conozco.
Tampoco veo vacas cerca, ni ordeñadores automáticos… Lo más cercano que conozco por aquí era la granja-escuela a la que iba de pequeño, en la sierra; por lo tanto tampoco estoy en una central lechera.

¿Barça-Chelsea? Tiene un punto admirable, bonito, pero ingenuo… Pero la gente se fue a dormir más feliz en Londres (y en Madrid) que en Barcelona... Orgullosos y satisfechos con lo que hicieron, pero yo prefiero ser el que se lleva la chica y no el que le emociona con sus poemas de amor..

Un romántico acaba tocando el violín en su barco, aunque se esté hundiendo… Pasó –hace un siglo y un par de semanas- en el Titanic… Es bonito, vale, y peliculero, digno de un poema… ¿Pero no hubiera sido más útil que la orquesta se dedicara a ayudar a achicar el agua?
No sé si existe alguna tesis doctoral sobre esto, pero la megalomanía acaba anulando el instinto de supervivencia. ¿Complejo de Narciso?

El diagnóstico está claro: muerte por empacho de almibar.

El Barça empezó desde el saque inicial tomando lo que es suyo, la pelota. Era el partido previsto. También por el Chelsea, que se encontraba a gusto fiándolo todo a la primitiva táctica de balones muy largos de Cech (¿el mejor portero del mundo?) hasta la frontal para Drogba (¿el mejor “receptor” del mundo?).
Algo cambió respecto al Clásico: diagonales de Aléxis, Cesc (perdido) por delante de Messi, Cuenca por la derecha –en vez de Tello por la izquierda- e Iniesta más pegado a la cal.

Pero la posesión de balón es mucho más lenta que la de hace un año, más atrás y bastante más previsible. Pases al pie, pocos a la espalda de la defensa. El fútbol convertido en balonmano, aunque en ese deporte le hubieran pitado “juego pasivo”.

Así fue la primera media hora: Intentos por el centro que, por aquello de la insistencia, empezaban a crear peligro: con las paredes de Cesc (el pivote en ese juego de balonmano) y la lucha de Aléxis. Llegadas desde atrás de Messi e Iniesta. Intentos, blanditos, de Cuenca por el extremo. Barça puro. Sin la sorpresa de Alvés, sin la claridad de Leo-ET.

Pero llegó el gol, como debía: Por el extremo. Las bandas en el Camp Nou son autopistas al gol. Campo ancho, equipo muy abierto. No sé por qué el Barça se está olvidando este año de ellas. Centro desde la izquierda de Cuenca y llegada de un medio para finalizar, Busquets.

Antes, al Chelsea se le lesionó Cahill en el minuto 12 y di Matteo perdió al central sustituto de su central titular. Piqué también se había retirado por un golpe, y Alvés cambiaba –para mejor- la forma del Barça de plantear el partido.
Dos minutos después del gol Terry decide ducharse, se autoexpulsa, en una de las acciones menos profesionales que yo he visto y pone a trabajar a Iberia en la búsqueda de chárters Barcelona-Munich. Se juega su pase con diez, sin sus dos centrales titulares (tres de los centrales titulares del Chelsea se perdieron los minutos decisivos de la eliminatoria). Los cien segundos horribles de la eliminatoria para los blues: cien segundos horribles en un total de casi doscientos minutos.

Siete minutos después el Barça ¿cierra? la eliminatoria: Jugada profunda (PROFUNDA, Barcelona, ¿por qué olvidaste esa palabra?) y gol de Iniesta.
2-0 y jugando contra diez.

En ese momento vuelve Narciso, decide asomarse al lago, le encanta su reflejo. Y el Barça quiere ser el mejor Barça, ganarse a sí mismo, en vez de matar la clasificación: El Barça se convierte en víctima del propio Barça.

Quedaban dos minutos para encontrarse en la ducha con Terry. Con cualquier otro equipo no se hubiera jugado hasta el descanso, pero para el Barça eso es demasiado pagano, muy terrenal. Sigue insistiendo con dos atrás, y el Chelsea, profundo (Barcelona, ¿por qué olvidaste esa palabra?) decide que esa autopista en el carril tiene doble sentido: la aprovecha Ramíres que mete un chicharro, de vaselina, a Valdés.

2-1 al descanso. En ese momento clasifica el Chelsea, pero sigue, claro, con diez. Y la sensación de que la eliminatoria es del Barça.

En el vestuario, aparte de la ducha con Terry, no se decide nada: los dos tienen lo que quieren. Y se vuelve al frontón. El autobús del Chelsea no cambió con la expulsión, el 4-5-1 al borde del área se convierte en un 4-5-0 al borde del área. ¡Drogba de medio-casi-lateral izquierdo!
Pero en esos minutos el Barça arrasa, funcionan las paredes, llueven ocasiones y, entonces, la Pulga manda al palo un penalti que el árbitro regaló a Cesc después de caer ante Drogba. Ni en la mano más fácil que hay en el fútbol acertó el Barça.
Messi cabizbajo y el Barça descolocado, ET era humano. Y no lo olvidemos, el club catalán ha tenido este año más messi-dependencia que nunca para romper los partidos.

Vuelta al balonmano y el autobús cada vez más alto. Intento con Keita de ariete, per como argumenta Juama Rodríguez: “El Barcelona de Guardiola tiene el mejor y más perfeccionado plan A del mundo, pero ni se ha estudiado, ni comprende, ni le interesa (casi me atrevería a decir que desprecia) los planes B, C, D, E y F, que también existen en el fútbol y que son tan decisivos como cualquier otro...”.

Cuando todo agonizaba, estocada final de Torres, que había salido para eso: era el único que tenía vía libre para apearse del bus. ¿El Niño ha marcado todo los goles de su carrera, menos el de Viena, en el Camp Nou? Convierte las autopistas de la bandas barcelonesas en una autovía por el centro del terreno.

Aplauso final de una hinchada orgullosa de un estilo irrenunciable que le dio tantos éxitos. El Barça al final se ahogó besando ese reflejo del lago. Prefirió seguir pensando que era un cisne cuando tocaba volar… Recibió los tres goles de la ronda en los minutos de descuento: Muy Barça.

Suerte. Se me olvidaba ese factor. Y esto es un juego. Cuarenta y tantos remates, varias maderas… No lo sé, me niego a aceptar que eso explique cuatro horas y media de Londres, contra el Madrid y contra el Chelsea. Y el Barça consiguió muchos objetivos hace poco con un gol en el 89’. ¿Suerte? Tampoco lo creo…

Escrito por: Carlos López Vivas.
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3 comentarios:

  1. Buenisimooooooo... cuando algo no funciona hay q probar otras cosas!!! El barza es equivocó no atacanco como un desperado

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  2. Mi punto de vista es que, en general, los partidos los gana el equipo que domina las áreas, lo del centro del campo solo vale para el % de posesión. Y el Barca domina desde un área hasta el otro, pero no las áreas. Por eso últimamente, cuando se enfrenta a equipos potentes le cuesta hacer goles y se los hacen con facilidad: pierde el partido. Con equipos más flojos llega a dominar el área de ataque y no le llegan a su área.

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  3. Gracias por su análisis profesional;
    La aportación anotadora de Lionel Messi en el Barça.
    es histórica, insuperable y descomunal. Nadie ha dado.
    Leo Messi y su equipo de fútbol como “mensajeros de la paz”.

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